lunes, 3 de septiembre de 2012

Casualidades, otra vez...

Hará unos meses conocí a una chica que en pocos días me hizo ver que era una bellísima persona, y recuerdo que tenía un tatuaje muy curioso que decía así: "Sonríe, no existen las casualidades".

Muchas veces me ha dado que pensar esa frase, pero hace unos días me dio más que pensar aún...

Mi abuela, antes de fallecer, tenía una mujer consigo que la cuidaba, llamada Roxana. Era muy amable y muy buena cuidadora, no teníamos queja alguna, pero ya cuando mi abuela se fue, no la volví a ver más en un tiempo. 

Después de aquello, un 10 de Mayo de 2011, a Roxana no la volví a ver... Pasó el tiempo y seguía acordándome de mi abuela, hasta que pasó un año, 10 de Mayo de 2012, típico día en el que te acuerdas más aún... Salí de casa con mi madre a hacer unas cosillas, y me encontré a Roxana. Me pareció extraño verla ya que, joder, qué casualidad verla justo un año después, el mismo día que murió mi abuela... Pues la vi. Unos días pensando y dándole al coco por aquella... "casualidad".

Meses después, el 31 de agosto de 2012, mi abuela cumpliría 81 años, un día también especial en el que sueles acordarte más de lo normal, salí con mi madre a comer por ahí, hablamos del tema, de que cumpliría 81 años ya, y recordando momentos con ella, con mi abuela, y salimos del restaurante y nos encontramos con Roxana, una vez más. Me quedé un poco anonadado, porque me resulto muy... "casual", que sólo la vea días así, que me unen con los recuerdos de mi abuela, días que la recuerde más de lo normal...

Mi conclusión de todo esto es que, como bien dice mi amiga, "Las casualidades no existen", así que me tomaré estas supuestas... "casualidades" como la forma que tiene mi abuela de decirme, desde donde quiera que esté, que está bien.